viernes, 6 de abril de 2012

El (in)discreto encanto de la burguesía católica


Saludos desde la cara oculta de la Luna. Hoy es Viernes Santo, una de las festividades más importantes dentro del mundo cristiano en general, y católico en particular. Y como muchos otros años, al mirar por la ventana se me ha dibujado una maliciosa sonrisa: está lloviendo, lo que significa que muchos pasos no podrán salir en procesión. En cualquier otra sociedad, incluso sentiría lástima por el cofrade que sale en el telediario llorando a moco tendido porque su talla de madera no puede salir, pero en esta sociedad, en este “Españistán” en que vivimos, no puedo tener piedad. No me dejan tenerla.

Rouco, en plan "indignado".
Ayer, Jueves Santo, se tenía previsto hacer una manifestación para protestar contra los privilegios económicos de la Iglesia Católica, y tanto la Delegación del Gobierno en primera instancia, como el Tribunal Superior de Justicia de Madrid en segunda, han prohibido tal acto de libertad de expresión. ¿El motivo? Que el Jueves Santo es un día "de especial significación para los católicos", y que se da "la necesaria protección del derecho fundamental de libertad religiosa de los católicos  que tradicionalmente celebran en esta zona sus procesiones de Semana Santa, así como la existencia de razones fundadas de alteración del orden público, con peligro real para la integridad física o moral de las personas, y la integridad de bienes públicos o privados". Es decir, el TSJM declara conforme a Derecho la prohibición de la Delegación del Gobierno, por la “necesaria protección del derecho fundamental de libertad religiosa” y la “existencia de razones fundadas de alteración del orden público”. Esta decisión viene avalada, no sólo por el TSJM, sino también por el Ayuntamiento de Madrid, la Jefatura Superior de Policía de Madrid, y la Abogacía del Estado. Hasta aquí, no tendría nada que objetar si la decisión de prohibir una manifestación fuera la expuesta. Pero es que no lo es. Esta prohibición se basa en dos supuestos que en la realidad no se dan. 

Entrevistadas las asociaciones convocantes, y atendiendo al lema de la manifestación, es evidente que no se pretende en ningún modo soliviantar a los procesionarios, sino usar un espacio que hasta ayer parecía ser público, como es la calle, para protestar contra unos privilegios de un club privado llamado Iglesia Católica, y se pretende hacer un día de Jueves Santo precisamente porque coincide con una de las fiestas grandes de este club. Basándome en las declaraciones publicadas tanto de la AMAL (Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores) como de la Asamblea La Playa de Lavapiés, ni tan siquiera el recorrido presentado ante Delegación de Gobierno coincide con ninguna procesión. Es decir, las asociaciones convocantes, mostrando un absoluto respeto hacia las personas creyentes, y para no vulnerar su derecho de libertad religiosa, deciden no pasar por ningún lugar donde pueda haber colisiones. Y aún así, se les prohíbe. Podemos decir, por consiguiente, que para la Delegación de Gobierno es más importante el derecho de libertad religiosa que la libertad de expresión. 

Pero, hagamos un poco de historia… ¿Realmente las asociaciones ateas, laicas, o librepensadoras atentan contra la libertad religiosa, o son las asociaciones católicas las que atentan contra la libertad de expresión de todo aquel que no profese su fe? Para entender esto, primero tendremos que explicarnos qué es una procesión, así que acudamos al DRAE:

procesión.
(Del lat. processĭo, -ōnis).
1. f. Acción de proceder algo de otra cosa.
2. f. Acto de ir ordenadamente de un lugar a otro muchas personas con algún fin público y solemne, por lo común religioso. […]

Según su acepción segunda, una procesión sería, por tanto, un acto público y solemne, que suele ser religioso, donde mucha gente va de forma ordenada de un lugar a otro. Un acto público… Un momento, ¿pero este tipo de actos no los convoca una organización privada? Entonces, ¿por qué una procesión tiene carácter público? Porque Españistán, aunque legalmente sea un país “aconfesional”, en la práctica sigue siendo un país católico, y todo acto referente a la Iglesia Católica es un acto de interés nacional. Bien, ya sabemos que las procesiones son un “acto público”. ¿Y las manifestaciones, lo son? Veamos qué dice el DRAE:

manifestación.
(Del lat. manifestatĭo, -ōnis).
1. f. Acción y efecto de manifestar o manifestarse.
2. f. Reunión pública, generalmente al aire libre, en la cual los asistentes a ella reclaman algo o expresan su protesta por algo. […]

Es decir, también la manifestación se considera, según nuestros académicos, un “acto público”. Entendemos así que tanto una procesión como una manifestación encarnan el desarrollo de un derecho fundamental recogido por nuestra Carta Magna, las libertades religiosa y de expresión. Entonces, ¿por qué la Delegación del Gobierno vulnera uno de estos derechos en detrimento del otro? Quizás la respuesta la encontremos en el color político de quien detenta el gobierno, y su afinidad más que conocida con la jerarquía del citado club privado. 

Niños de la mochila en pleno Sol.
Pero vamos más allá. Además del sacrosanto derecho de libertad religiosa, la Delegación aduce que hay motivos más que fundados para pensar que una manifestación de estas características supondría una clara provocación y su consecuencia sería el desorden público. Bien, no habría nada que objetar si el citado organismo midiera a ambos sectores por el mismo rasero, pero la realidad, como viene siendo habitual, es otra muy distinta. Como ejemplo, pondré lo sucedido el pasado 17 de agosto en Madrid, con motivo de la visita de Su Santidad a nuestra Piel de Toro. La manifestación laica, cuyo lema era “de mis impuesto, al Papa cero” estaba aprobada por la Delegación de Gobierno, no pasaba por ningún sitio por donde supuestamente el presidente del Vaticano tuviera que pasar, y en cambio, cuando se llegó a la Puerta del Sol, para sorpresa de todos los allí presentes, nos encontramos con una contramanifestación de los niñatos de la mochila, que ni estaba comunicada, ni estaba autorizada. Los allí concentrados tuvimos que sufrir insultos, intentos de agresión, vejaciones, y todo tipo de violencia por parte de una masa fundamentalista enfurecida que ocupó la calle sin permiso, y a la que se trató con exquisito cuidado por parte de la policía
Policía "intercambiando" pareceres...
municipal, cuerpo que, una vez desalojada la plaza a eso de las once de la noche, y al grito de “basta de mariconadas, sacad las porras y lo que haga falta”, cargaron contra las personas que pacíficamente nos habíamos concentrado allí. Puedo decir sin miedo a equivocarme que no hubo ni una sola agresión por parte de los manifestantes a ningún niño mochilero -mochila, por cierto, pagada con los impuestos de todos los españistaníes-, mientras que mi posición privilegiada desde un balcón que daba a la Puerta del Sol me permitió ver a curas intentando quitarles banderas gays a manifestantes, a una señora que no toma fibra desde hace años persiguiendo a un grupo de manifestantes al grito de “¡rojos, que sois una panda de rojos!”, o a unos cuantos niños de la mochilita provocando, en todos los idiomas que os podáis imaginar, a la gente que ejercía su derecho de libertad de expresión autorizado por las instituciones. Huelga decir que, desde mi atalaya, pude ver toda la acción policial, la cual fue brutal, desmedida, injusta y por supuesto ilegal en un Estado de Derecho… Y no era Jueves Santo, no había riesgo de que se vulnerara el principio de libertad religiosa. Curioso. Sigamos buscando otros ejemplos… Por ejemplo, la manifestación antiabortista del 8 de marzo del 2011 en Sevilla, día de la Mujer Trabajadora. ¿No había otro día que el 8 de marzo para hacer una manifestación antiabortista, Día del Mujer Trabajadora? ¿No es esto una provocación hacia los grupos feministas y antipatriarcales, que ese día sin duda salieron (salimos) en manifestación por todas las ciudades del país? ¿Aquí no se vulnera el principio de libertad de expresión de las manifestantes? A gritos del tipo “Bibiana Aído asesina” o “Ministra hija de puta” estos asiduos caníbales de carne y sangre de Cristo iban de la mano de la Curia española y la jerarquía del PP, hoy en el gobierno. A ver si encuentro más ejemplos… ¡Ah, sí! ¿Qué tal el 20 de junio del 2005, justo una semana antes del Día del Orgullo Gay, en donde tanto la Iglesia Católica como el PP montaron una manifestación en Madrid para pedir la derogación de la Ley de
Aquí, unos de "extremo centro"...
Matrimonio Homosexual? ¿No es esto una provocación hacia todos los y las homosexuales, bisexuales, transexuales e intersexuales que en aquella semana nos preparábamos para nuestra manifestación? ¿No esto una injerencia directa de un club privado sobre la política de un país, que tiene que velar por el bienestar de todo el mundo? ¿No es esto una provocación y una vulneración de mis derechos como homosexual? Yo ese día escuché a mucho católico “ofendido” con que se llamara matrimonio a lo que sea que hagan dos maricones en la intimidad de su casa. Como si el matrimonio lo hubiera inventado el cristianismo… O peor aún, como si las personas tuviéramos que continuar pidiendo permiso a la Iglesia Nacional-Católica para hacer según qué cosas… Curioso, una vez más. En ninguno de estos casos vi a la policía cargar contra los curas, independientemente de que su discurso fuera violento, incendiario, intolerante y falto de eso que tanto predican, pero que no practican: caridad. 

A Dios rogando...
Vistos estos ejemplo, es evidente quién tiene derecho a “provocar”, y quién tiene la obligación de “callar”. Así que, la próxima vez que un católico nos pare por la calle en plena manifestación protestando por algo que es de justicia, incluso para él, y nos diga que le estamos ofendiendo con nuestro discurso anticlerical, digámosle que no se preocupe, que la policía velará por que su libertad religiosa quede intacta de la forma en la que siempre lo han hecho, y tan del agrado del facherío nacional. Eso sí, el próximo 8 de marzo, o 28 de junio, o cualquier otro día donde esta gente salga de sus cavernas a la luz del sol a soltar sus soflamas, no se os ocurra acercaros a alguno a decirles que os están ofendiendo, porque aparte de rociaros con agua bendita, lo más probable es que terminéis apaleados por un municipal, y en primera plana de algún que otro diario como “agitador intolerante” o “miembro encubierto de Al-Qaeda”. Nos vemos en la cara oculta de la Luna, en donde, afortunadamente, no sufrimos procesiones de Semana Santa.

6 comentarios:

  1. Ya sabrás lo de Baroja, que el español siempre va delante del cura con un cirio en la mano, o detrás, con una lata de gasolina. Yo, querido amigo considero que lo mejor es ignorarlos. Ellos a los suyo, y tú , a lo tuyo. Al final, por su profesión de proselitismo pierden ellos. Pero si te enfrentas, les ofreces un protagonismo que sólo puede servir para incrementar sus filas que es precisamente lo que tuno quieres.

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  2. Yo no tengo problema en ignorarlos. El problema es que ellos no me ignoran a mí. No puede ser que, mientras te pegan de palos con su cruz, encima te exijan respeto para su fe. Pues va a ser que no.

    Además, creo que hay una diferencia importante: ellos tienen el poder del Estado a su lado. Nosotros no.

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  3. Hola Rhay.

    Veo que le estas dando fuerte al blog.
    No había comentado todavía pero la verdad es que me está gustando. Ya solo falta la literatura que prometiste.

    A ver si la gente se anima a participar un poco más.

    En cuanto al artículo, estoy de acuerdo, yo los ignoraría si no fuera porque intentan regular mi (nuestras) vidas en base a sus normas, que no tengo por qué compartir.

    Saludos y nos vemos por la Ciencia y sus demonios. (Bonito homenaje a Manuel).

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  4. Buena entrada Rhay. Me sorprende que en la España actual se oigan voces vitoreando: "sois unos rojos!" (¿¿¿???), o curas intentando robar banderas de manifestaciones gay. ¿Es que estos tipos no se detienen a pensar unos minutos lo que implica el simple acto de robar una bandera para callar a otro?. Me cuesta creer que alguien, como en el caso de estos curas, muestre esa faceta censuradora de su persona en plena vía pública. Por más ganas que tenga de hacerlo, detente a pensar UN MINUTO que no vas a cambiar NADA!!! Que la imagen que ofrecés no gusta a nadie!!!.
    Me despido con un video de Pepito Cibrián que aquí tuvo gran difusión, al punto que lo leyó en el Congreso de la Nación Argentina. Es de su autoría, no de García Lorca, como comunmente se presta a confusión. Quizá no llego por esos lares así que aquí lo dejo:
    http://www.youtube.com/watch?v=KS6NHhAClgg

    Y aquí el texto:
    http://pepecibrian.blogspot.com.ar/2010/05/marica-texto.html

    Un gran abrazo y nos vemos en el lado oscuro, donde no se vende propaganda.

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  5. Putos ellos, los que quieren callar por el miedo que les genera que otros piensen distinto. Putos.
    Abrazo, ahora sí me voy (me has dejado con bronca jeje).

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  6. Hola, chicos.

    Perdonad por haber publicado vuestros mensajes tan tarde, pero os habían enviado a spam... Será que la Carcunda Católica anda detrás de Blogger... En cualquier caso, ese es el problema principal, que ellos hacen todo lo posible por inmiscuirse en nuestras vidas, y cuando te defiendes, entonan el "¡libertad de expresión! ¡Respeta mis creencias!" y se quedan tan anchos. Y eso sí que no...

    Juanchóniko, ni te imaginas... Eso de que Españistán es un país del "primer mundo" es una de las tantas mentiras que nos han contado para hacernos pensar que somos alguien importante, pero la realidad es que Franco lo dejó todo "atado y bien atado", y así sigue...

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